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Dentro de las ruinas hay vida, los animales se refugian en las habitaciones vacías del sol y de las tormentas de arena. Depredadores y presas se persiguen y esconden aquí día a día. El aire zumba entre las habitaciones por las que entra, pero en estas ya no se encuentra nada excepto paredes.

Las pertenencias humanas y los decorativos han sido removidos. En las salas donde alguna vez hubo obras de arte resguardadas, ahora solo quedan los agujeros de los muros donde estuvieron colgadas. Los muebles no están, las alfombras, las máquinas de ejercicio, las sillas en las zonas comunes, nada. Solo queda una construcción que el tiempo azota y donde la arena crea caminos para que el desierto también entre.

De pronto, los pasos de un animal cauteloso o apresurado, un aleteo de un ave, el deslizamiento de una serpiente o un sonido hacen eco y rompen con la quietud.

La naturaleza habla en un lenguaje que se repite silenciosamente de generación en generación, le llaman instinto y otros memoria celular. La serpiente de cascabel caza igual, aunque no sea la misma, ni sea el mismo lugar donde lo haga, a esa conclusión ha llegado la Araña, el observador más silencioso de Sperantium.

Un ser de metal con ocho extremidades alargadas de acero observa quieto y en silencio en una esquina, espera que termine la cacería de la serpiente, que se desliza sobre la arena en busca del ratón con su lengua. El monstruo artificial se asemeja a una araña gigante en la parte inferior del cuerpo; en la superior tiene un torso con cuatro extremidades, estos que podrían ser llamados sus brazos termina cada uno con seis articulaciones, semejantes a dedos, pero más largos que los que tuvieron los humanos y también más afilados. Lo que pretende pasar por cabeza es una esfera de cristal que le da visión de 360 grados con un escáner interno. La forma arácnida de sus extremidades inferiores lo sitúa en la categoría más baja de los artificiales, un robotoide.

Es una máquina que inmóvil no parece distinta a un mobiliario olvidado, pasaría por una estatua de acero si no fuera por el brillo de su sensor y las manchas que pasan del negro al rojizo ocasionados por la corrosión de la sal en su cuerpo.

El ratón apenas detecta a la serpiente huye despavorido hacia el pasillo, la serpiente deja el juego de camuflarse con la arena y zigzaguea veloz impulsando con su propio cuerpo como un resorte. El roedor esquiva de un salto. Y aunque ninguno de los dos animales estén ya a la vista de los sensores de visión de la araña de metal, le bastaría usar una de sus extremidades donde se encuentra su escáner para enterarse del resultado de la cacería.

Pero el robot no observa curioso, sino para retener información.

Cada pierna imita el movimiento y la agilidad de una araña, cada una de ellas se mueve a un tiempo diferente adaptada a su entorno y la orden que se espera cumplir. Que el robot sea capaz de controlar simultáneamente tantas tareas diferentes y a la vez sincronizarlas es la base del éxito del prototipo al que pertenece. El acero rasguña la arena y el suelo al avanzar, en una de las pinzas de sus brazos lleva un cilindro planteado.

Iniciando análisis del entorno. Activando sensores termodinámicos. Cámaras estereoscópicas en función. Análisis completo. Mapa tridimensional generado. 70% terreno estable. 33 grados celcius registrados. Temperatura idónea para recolección. Se requiere ajustes en servoaccionadores de articulaciones. Lamina torzal estabilizadora funcionando perfectamente. Sensores de movimiento. Sensores de calor. Sensores de reactivos. Vida humana no detectada. Material apto para recolección y reciclaje detectado. Solicitud en proceso. Tiempo de recolección restante: mil ciento noventa y dos horas.

Todas estas instrucciones ocurren en segundos, la mayoría de ellas en milisegundos. El cerebro humano era capaz de llevar a cabo cientos de acciones a un nivel no consiente: regulaban su temperatura, función de órganos, reconstrucción de tejido, multiplicación de células, diferentes sistemas trabajando a la vez y nada de eso requería espacio en su pensamiento humano. A diferencia de ellos, los artificiales son conscientes de cada orden, elección y acción a desempeñar, en un tiempo imposible de contar una a una sus funciones, pero sin dejar cabida a los pensamientos.

El torso es capaz de extenderse hasta dos metros en caso de requerirlo y sus cuatro brazos  superiores tienen diferentes extremidades para llevar a cabo las tareas: recolección, succión, selección y minuciosidad. Su pinza, mano, drenaje y escáner permite identificar cuál extremidad es cada una.

Duración de vida útil: un millón doscientos veintiséis mil novecientos cincuenta y dos horas.

La araña avanza y el chirrido contra la arena molesta lo suficiente para que un búho que descansa en el primer piso se desperece y aletee a otra sala del edificio.

Bubo ascalaphus identificado, macho adulto.

El ave busca la oscuridad y el silencio. Vuela hasta alcanzar el pasillo derecho del tercer piso, desde ahí al séptimo se distribuyen las habitaciones, ciento veinte metros de ancho entre el ala derecha e izquierda. La derecha tiene las habitaciones con vista hacia el patio central, seguida de un amplio pasillo, un vacío para que la luz natural de las aberturas circulares del techo iluminen la estancia interna de Sperantium y luego de un área vacía, otro pasillo amplio para dar con una pared con puertas que dan acceso a las habitaciones con vista a las dunas.

Antes, los pasillos tenían zonas de descanso con vegetación acorde al lado de Sperantium en el que se encontraran; antes, en el lado Este la vegetación fueron florecitas del campo que adornaban desde los balcones de los pasillos en macetas y enredaderas se conectaban entre los diferentes pisos para dar verdor a las paredes blancas.

Ahora, el búho vuela sobre macetas vacías; balcones de pasillos sin la barra de protección; atraviesa de un lado a otro del tercer piso entrando a las habitaciones sin puertas; sale de estas al ser deslumbrado por la luz que entra desde las paredes de cristal con vista a las dunas. Sube entremedio de los pisos, vuela hasta el octavo piso en segundos. Ahí se encuentran las que fueron las plazas sociales, el lugar predilecto es uno de los salones sin ventanas, quedan estantes vacíos en las paredes, sin libreros ni libros es todo lo que queda de la biblioteca principal,  el ave aterriza sobre el estante más alto para descansar.

Apenas cierra los ojos cuando un largo pitido lo alborota.

ERROR. ERROR. ERROR. ERROR.

El sonido proviene de la primera planta, donde el robotoide sostiene un cilindro plateado con su pinza. Eleva el objeto a la altura de sus visores una franja que le cruza la mitad de la cara y que tiene la función de permitirle ver.

Sensor detecta objeto no apto. Identificar. Cilindro. Cobertura metálica. Daños imperceptibles. Datos detectados. Extender extremidad prensil de destreza. Ajustar presión de pinza. Escáner activado. Iniciando secuencia de análisis. Procesando… procesando… procesando…